Clara es la madre de mi gran amigo-hermano Andreu. En mis épocas de estudiante -sin un peso- en España, trabajé dos veranos en la Costa Brava; allí me hice amiga de Andreu y Clara me «adoptó» en su familia, y yo estaba maravillada con esa mujer tan inteligente, brillante y por supuesto amable. Desde ese día siento una conexión especial con ella y hoy, veinte años después, la recuerdo y le agradezco con el alma esa cercanía que me hizo y me hace sentir por toda su familia.
Me encanta su forma de ser, me gusta su mirada de la vida, su dulzura, sus silencios… y tenía muchas ganas de leerla aquí. ¡Gracias!