Todo un reto esta propuesta: escribir una historia visual -de mujeres- en sesenta segundos.
Cómo narrar en tan poco tiempo. Sí, se puede. Sólo es cerrar los ojos y dejar que las imágenes vuelvan a ti.
Volver al Camino de Santiago me recordó que aún tengo mucho que aprender de éste, y que el Camino nunca se termina, sólo cambia su curso.
Mi Camino sigue… desde que llegué y tomé el que menos esperaba, ese Camino que ahora me hace feliz, me hace soñar y planear y reír y correr y trepar todas las montañas que quiera. ¿Eso era lo que me tenías guardado? al final siempre es lo que tú quieras, no lo que yo piense… y tal vez por eso es que el destino es una palabra con truco, porque creemos en él o dejamos que él nos lleve, y a lo mejor somos nosotros quienes lo construimos o lo inventamos o lo dirigimos.
Yo sólo puedo llamarlo el Camino… el Camino que me conduce a la montaña, al mar, al amor.