Consejos para correr en solitario (que no es lo mismo que correr sola)

Una de las situaciones que más se me presenta cuando entreno, por el lugar donde vivo y porque no pertenezco a un club, es que salgo a correr en solitario.

Los tres años que llevo viviendo en La Calera me han hecho conocer-me y disfrutar-me caminos, carreteables y una que otra trocha. Pero lo que más he disfrutado es esa sensación de soledad, de estar conmigo misma, de concentrarme y enfocarme, de domar mis demonios y sacar lo mejor de mí. Bueno, también por algo hice los 950kms del Camino de Santiago sola, pero esa es harina de otro costal.

Como lo dije arriba, correr en solitario no es lo mismo que correr sola. No sé si sea un tema de significado o de interpretación, pero “correr sola” suena a que no tienes con quién correr. Sí, puede ser también ese el caso (a mí me pasa a veces, jeje), pero correr en solitario es una decisión, es una opción igual o más válida que correr en grupo.

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Hoy, por diferentes motivos, corrí en solitario, y mientras subía la montaña hice conciencia de ello, y pensé en las chicas que conozco y que seguro disfrutarían una ruta como la de hoy, para correr o caminar, para atreverse a salir consigo mismas. Entonces estuve acompañada de buenos pensamientos, de ideas para armar este texto que aquí les comparto y que espero les sirva, para que se animen a intentar esta gran aventura de correr consigo mismas.

Las que ya siguen a @estoyvivocol saben que para nosotros es muy importante la seguridad, y ahora estamos manejando cuatro frases que a su vez nos conectan con otras que son recomendaciones.

Me preparo, me cuido, me protejo y disfruto.

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ME PREPARO

Importante que conozcas la ruta antes, ya sea porque la hayas hecho o porque la tienes en alguna aplicación de rutas (Strava o Wikiloc, por ejemplo).

También revisa el estado del tiempo que se pronostica para saber cómo vestirte y qué elementos llevar (gorra, gafas, impermeable, etc). 

Ten en cuenta la distancia, ya que depende mucho de tu nivel, pero yo pienso que si aún no eres Paola Fierro (mi heroína), planea una distancia que te permita sentirte cómoda todo el tiempo y volver más o menos pronto a casa (10-20 kms).

Cuéntale a alguien a dónde vas. No al Facebook, por favor, ese solo es chismoso. Cuéntale a un familiar, a tu pareja o a un amigo. Dale indicaciones de dónde vas a estar y cuánto te vas a demorar aproximadamente.

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ME CUIDO

Descansa bien el día anterior, duerme mínimo las ocho horas recomendadas y recuerda estirar antes y después de la salida. 

El estado de ánimo y la seguridad emocional son muy importantes para una salida en solitario. Yo nunca salgo si no me siento segura, y sé que entiendes a lo que me refiero. Las mujeres tenemos más riesgos, por decirlo de alguna manera, al salir en solitario, pero para mí sentirme segura es lo primordial; enfocar mi energía en la emoción de la salida, en lo bien que me lo voy a pasar es muy importante. 

Esto no quiere decir que no pueda pasar algo. Siempre puede pasar, con o sin compañía, pero ese debe ser un temor manejable por el lugar y el tiempo que estaremos fuera. Lo importante siempre debe ser nuestra genuina motivación. 

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ME PROTEJO

Lleva mochila de hidratación para que cargues suficiente agua (min. 1 litro) y suficiente comida (fruta, bocadillo, barritas). También es importante que lleves un documento de identidad, dinero para cualquier eventualidad (regresarte en bus, comprar algo en una tienda, etc.) y el celular cargado al 100%, más los “otros” que ya conoces: protector solar, impermeable, gorra, pito, etc.

Para los perros, que a veces pueden salir y son terroríficos (a esos sí que le tengo miedo), les dejo cuatro consejos: 

1. No corras cuando llegas a una finca con perros y sin cerca cerrada; camina tranquilamente y trata de no mirarlos mucho, ladran pero no se salen. 

2. Coge una varita en el camino: sirve para sentirte protegida y, en caso de que atacaran (que es muy raro porque no es para asustarlo), puedes defenderte con ella. 

3. Si ya ves el perro muy bravo y cerca tuyo, agáchate como a recoger una piedra, pero trata de no tirarla, solo es hacer el amague. Te agachas y te levantas, suele funcionar para alejarlos.

4. Yo suelo llevar un aparatico que compré en Amazon y emite un ultrasonido que los desubica o algo así. No hace daño, sólo es un pitido (que no oye el ser humano). Si el perro me ladra oprimo el botón unas cuantas veces y ya. Si se me viene como a morder, lo oprimo y doy una orden: ¡A la casa! 

Por lo general los perros solo ladran porque ven pasar a un extraño, pero debo confesar que hay algunos que me erizan la piel. Sin embargo, nunca he tenido un accidente, creo que mantener la calma y dar una orden fuerte es primordial. 

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DISFRUTO

Disfrutar es una palabra que me encanta porque lo abarca todo. Disfrutar habla de complacerse, recrearse, deleitarse con alguna situación, en este caso una caminata o un entrenamiento. Es una manera maravillosa de darle placer a tus sentidos mientras haces una actividad que te encanta en el lugar más sagrado que puedes encontrar para ello: la montaña.

Ahora que estás lista, con una hermosa ruta por delante, agradece al universo este momento y ofrécele a la montaña el camino, para que sea ella quien te guíe pasos y pensamientos.

Y corre… “¡corre como el viento!”, diría Woody.

Porque ahora comienza lo mejor de esta salida: correr o caminar en solitario -que no es lo mismo que sola-. Porque cuando vas a la montaña encontrarás infinidad de seres que estarán a tu lado: desde la gente del campo, que están labrando la tierra, ordeñando vacas o que pasan en moto o en sus tractores y te regalan esas sonrisas puras y asombradas que solo encuentras lejos de la ciudad, hasta las vacas -madres modelo- con sus terneritos, los caballos que suelen ser los más curiosos, uno que otro burro y, por supuesto, los perros que te saludan o te quieren morder (pero ya hablamos de ellos).

Habrá pájaros en cantidades regalándote sus trinos, árboles que te traen el susurrar del viento, flores que te invitan a descubrir olores; está el agua con esa bella melodía que canta y por último -no menos importante- están los regalos de la tierra, en este caso las moras. Si estás en un clima cálido serán naranjas, guayabas y todas esas bendiciones que regala el trópico. ¿No es algo hermoso? Todo el tiempo estarás acompañada y eso, si lo descubres y lo potencias, es lo más hermoso del viaje.

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Para las que alguna vez hemos estados en carreras, sabemos que, a veces, se nos olvida disfrutar: ya sea porque salimos muy ansiosas, o porque en el camino comenzamos a atraer pensamientos propios de la carrera: cuánto me falta, cómo tengo las pulsaciones, qué ritmo llevo, dónde están las cintas, cuántas mujeres van delante mío, tengo ganas de ir al baño… ufff, qué pereza. Entonces salir a correr por el solo placer de correr es un regalo para el cuerpo, porque definitivamente también estás entrenando, pero sobre todo para el alma.

Entonces sigue disfrutando: disfruta de mirar a lontananza, de descubrir cuántos planos tienen las montañas (era un juego que hacía con mi papá), de identificar el canto de los pájaros y verlos.

Disfruta de regalar sonrisas y saludar: cómo me gusta eso, porque de alguna manera desconcierta y sorprende que saludes. La gente en general ya no saluda, entonces regala tú un “¡hola, buenos días!” con una sonrisa; estoy segura -y lo he comprobado-, que sorprende y desarma en todos los sentidos.

Disfruta de la soledad y de los pensamientos que te llegan “con ella”. Este escrito salió de ahí, éste y muchos otros, porque cuando corro -como dice Murakami- “los pensamientos que acuden a mi mente se parecen a las nubes del cielo”.

¿Para qué está hecha la montaña, sino es para amarla y contemplarla?

No te “desconectes” poniéndote audífonos o tomándote selfies. Sí, unas cuantas fotos son necesarias, pero regálate este momento a ti y a tu soledad, que también es tu compañía.

Un último consejo, que sabes que también reforzamos desde EstoyVivo: regresa con tu basura. Puede ser que este tip lo tengas muy claro, pero recordémoslo: si pudiste traer el empaque lleno (ya sea una barrita, unas galletas, un paquete), ¿Por qué no regresarlo?. Y… si encuentras alguna basura y puedes, ¿Por qué no recogerla? Piénsalo, es a la montaña a quien le das un regalo al llevarte esa basura (así no sea tuya).

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Estos eran los consejos que tenía. Esto fue lo que fluyó mientras corría en solitario.

Espero que los puedas usar y te atrevas a correr solo contigo, estarás muy bien acompañada.

Y luego me cuentas cómo te fue.

Publicado por carocaracolina

Carocaracolina es una caracola que escritora, viajera y podcastera. Y todo esto pasa en Lapensadera.

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