La paz del Güejar

“La paz no es solamente la ausencia de la guerra; 
mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión 
difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz.” 
Rigoberta Menchú, Nobel de Paz

El día que escribo esta publicación es sábado 15 de mayo, y por muchas razones me siento triste, así que me perdonarán esta introducción más «subversiva», pero necesitaba escribirlo. Si te molesta, puedes saltarte este pedazo y continuar donde está la primera foto; no pasa nada, de verdad.

Estoy triste porque el lugar donde vivo, Colombia, lleva más de 15 días de movilizaciones sociales, intentando gritarle a un país indolente y violento que nada está bien, que hay hambre, descontento, desigualdad y violencia contra todos los que no estemos de acuerdo con el ‘régimen’ en el que vivimos. Sí, el régimen de la clase alta de este país, de la oligarquía y el elitismo, del cual desafortunadamente yo también me siento parte, y tal vez por eso me duele, porque aquí estoy, en mi escritorio fino de madera, en mi apartamento propio, después de haber almorzado tranquilamente todo lo que quise… mientras afuera, hoy y desde siempre, hay gente que resiste con hambre, miedo, llanto y mucho dolor en la calle. Eso me hace sentir tremendamente triste. Y no porque deba estar allá yo también, no lo creo (también me da miedo, sobre todo de la violencia policial); sino porque tuvimos que llegar como sociedad a este punto que casi no tiene retorno pero al que tampoco le veo la luz…

En fin, que cuando escribí y grabé el episodio tenía fe en la humanidad, en el proceso de paz al que tantas personas (incluida mi familia) se ha opuesto; que escuchar la historia de William y de cómo sanó las heridas de la guerra, una guerra que le quitó un hermano, me daba esperanza en un cambio. Hoy no siento esa misma esperanza, pero como dice el libro que me estoy leyendo y que se los recomiendo («Esperanza Activa», de Joanna Macy y Chris Johnstone), honrar nuestro dolor por el mundo es legítimo y necesario.

«¿Cómo percibiríamos que nos estamos apartando de la trayectoria adecuada como sociedad? Nos empezaríamos a sentir incómodos. Si estuviéramos yendo en una dirección peligrosa, tal vez sintiéramos alarma; de suceder algo inaceptable, tal vez sintiéramos indignación. Si partes que amáramos de nuestro mundo estuvieran muriendo, lo que cabría esperar es pesar. Estos sentimientos son normales y saludables. Nos ayudan a percibir lo que está sucediendo; son también lo que suscita nuestra reacción».

Del libro Esperanza Activa

Mesetas es una población a unas tres horas de Villavicencio, que por muchos años solo se supo de ella por la guerrilla, la coca, los secuestros, etc., pero que después del proceso de paz pudo ver y soñar otra forma de vida, con la paz, con el progreso venido del turismo y de sus hermosos recursos naturales, entre ellos el cañón de río Güejar, al que fuimos invitados a conocer por Turem, una agencia del lugar, y hacer el rafting por el río.

(ojo, con esto no estoy diciendo que no tenga problemas, pero por lo menos no los de antes).

Salimos de Bogotá un viernes, hicimos el rafting el sábado y el domingo nos tocó regresarnos, pero las ganas de volver y conocer mucho más están intactas, porque lo que tiene esta tierra es lugares increíbles para conocer. Además del río y las hermosas cascadas, hay caminatas, avistamiento de aves y travesía por la Serranía de la Macarena, así que sin duda será un destino al que volveremos nuevamente.

Ahí estaba con mi grabadora capturando paisajes sonoros… el bosque que nos hablaba a través de los pájaros, las chicharras y el viento; el río que bajaba feliz cantando y las risas de todos los que estábamos allí maravillados con ese lugar salido como de la imaginación de un cineasta… pero no, es al revés, alguien ve estos lugares y luego los convierte en película y nosotros nos admiramos. Porque la belleza de la naturaleza supera la imaginación, vengan aquí y lo comprobarán.

Espero hayas disfrutado las fotos así como del episodio. Y espero entiendas y perdones las pocas palabras. Ya vendrán tiempos mejores.

Publicado por carocaracolina

Carocaracolina es una caracola que escritora, viajera y podcastera. Y todo esto pasa en Lapensadera.

3 comentarios sobre “La paz del Güejar

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