Lo que trae el 2024 para mí -y para ti-

«He advertido en mí ciertos estados que bien puedo llamar poéticos, puesto que algunos han terminado en poemas. Surgieron sin motivo aparente, a partir de algo accidental; se desarrollaron según su propia naturaleza, y en consecuencia vi alterado por un tiempo mi estado mental cotidiano…»

Paul Valery

Nadie sabe en realidad lo que trae un nuevo año…
A pesar de que hacemos listas, propósitos y planes (yo la primera), si algo me ha enseñado la Vida -y la Montañas- es que se mueve diferente de lo que yo a veces espero. Y eso me ha costado, no voy a decir que no, pero también me ha enseñado, y mucho. Y a veces hasta me ha salvado 🙏🏽.

Para este momento, según mis «planes» de enero de 2023, ya debería estar viviendo en La Pajarera (mi casa rodante) y no, no ha pasado -aún-, y hay razones para ello. Razones hermosas que la misma Vida me ha puesto para que agradezca y escoja si quiero seguir por ahí o empecinarme en lo que había planeado.

Así que recibo este 2024 viajando, no en La Pajarera, pero sí abierta a lo que vaya saliendo cada tanto. No es que no planee, pero no a tan largo plazo. Por ejemplo, a principios de enero planeé mi viaje al departamento de Nariño para hacer la cumbre del volcán Cumbal, de ahí irme a Cali a un evento especial que más adelante te contaré, y a mediados de febrero viajar con mi hermano que viene unos días de visita. Y ya. Mejor no mucho más, jeje.

Eso, hasta mi llegada a Cali, que es cuando escribo esta entrada, se ha dado y me hace muy feliz. Se dio la cumbre del Cumbal (que ya te contaré en un episodio del podcast), se dio viajar a la Laguna de la Cocha y se dio estar estos días en Cali, trabajando en mis otros proyectos que ya mismo te voy a contar, pero antes…

Gracias Gracias Gracias

Ascenso al Cumbal con la luna llena de madrugada ♡

Quiero aprovechar esta entrada para dejar por escrito, a mí misma, sobre todo, lo orgullosa que estoy de mí y de lo que he ido construyendo estos últimos tres años y, sobre todo, el 2023.

Todas sabemos lo difícil que es autoelogiarnos, o vernos lo bueno, pero yo no puedo sino estar agradecida por tantos mensajes que recibo cada semana de mujeres diciéndomelo. No puedo negar que hay algo maravilloso en mi amor, mis motivaciones y mis proyectos. Hay una fuerza universal que se está moviendo alrededor de mí y me hace brillar y llegar con mi brillo a muchas personas -mujeres, sobre todo, que es lo que más me encanta-.

Una luz o un fuego puro que prende otros fuegos femeninos buscando ese sendero del conocimiento, del amor propio, del amor por la Tierra, la Naturaleza, la Montaña, los Elementales, la Sabiduría, la Vida, lo que haya para cada una más allá de eso… No te imaginas los mensajes tan bellos que me llegan: de mi libro, del podcast, de lo que publico en Instagram, de textos, talleres, los campamentos, de Dani mi pareja… todo lo que nos rodea a Daniel y a mí está tan enfocado en el amor, en la conciencia, y ha sido un trabajo de tantos años; años de aprendizaje, de retos, de llanto, pero sobre todo de mucho amor y ahora recogiendo los frutos de ese trabajo.

Así que GRACIAS a ti también por leerme, por seguir aquí leyéndome, escuchándome y pendiente de toda esa creatividad que me dieron los ancestros, la Madre y el Padre, mi sangre y mi Tierra que cada día están más cerca y más puros. Y ojala pueda contagiarte o dejarte mensajitos, y que tu vida también vaya hacia allá: hacia lo que amas y deseas; enfocada, con propósito y mucho amor. Es lo que más deseo para ti.

Ahora sí, te cuento lo que he «planeado» para el 2024 🙂

Taller online Una aventura con la escritura

Para terminar el 2023 estuve trabajando en este contenido, que parte de la inmensa felicidad que me da escribir, y que quisiera contagiar en más personas, sobre todo mujeres que quieran escribir y no encuentren el tiempo, espacio, motivación, inspiración, etc.

A través de ejercicios semanales que te mando, te doy idea para que vayas haciendo tu propio diario, ya sea una vez a la semana, todos los días o cuando quieras. Te invito a ritualizar un poco la escritura y darle un poder en tu vida como sanadora, creadora y cultivadora de tu propia alma.

El taller arrancó este sábado 3 de febrero con 30 escritoras de diferentes partes del mundo, y no sabes lo sorprendida que estoy por ello: Canadá, Estados Unidos, Luxemburgo, España, Bélgica, Puerto Rico, Costa Rica y Colombia: Cali, Tunja, Bogotá, Envigado, Cajicá, Pasto). Y estamos felices con nuestro grupo de Whatsapp mostrándonos los cuadernos donde sucederá la magia.

¿Quieres saber más? Por AQUÍ puedes sverlo y escribirme si estás interesada. Aún alcanzas a entrar en este corte porque no lo vuelvo a abrir hasta abril. Será -o ya está siendo- una gran aventura para todas, te lo prometo ♡.

Campamento de Escritura & Montaña

Este campamento es mi favorito porque une mis dos pasiones: la escritura y la montaña. Y además es presencial. Nos vamos dos días a las montañas de Choachí (Cundinamarca) a escribir, leer, caminar y decorar una bitácora de viaje. Es un plan muy poderoso y un círculo de Mujeres Montaña que abraza dos días inolvidables. El año pasado hice dos versiones y este año espero hacer muchas más, porque siento que es un espacio acogedor, reparador y de creación colectiva que nos merecemos todas. Son sólo nueve cupos, me gusta que sea así, pequeñito, así que por AQUÍ te dejo toda la información.

Campamento Naturaleza Abstracta

Y junto a mi amiga Giannina Brusatin, la artista detrás de las ilustraciones de mi libro Me quedan las montañas, diseñamos un campamento de tres días, para aprender un poco de acuarela y escribir textos más largos. Es como una extensión del Campamento de Escritura & Montaña, para crear más espacios de integración de mujeres abiertas a descubrir talentos o simplemente descansar en la naturaleza. Sobre este campamento te contaré más adelante en otra entrada en particular.

Aquí me despido, compartieno este pequeño borrador de poema que escribí en el Páramo de Siscunsí (Boyacá), próximo episodio de Relatos Sonoros de la Montaña. Abrazos montañeros desde los Farallones de Cali.

Cuando puedo habitar un páramo
lo siento mío por derecho de amor.
De amor, admiración y apropiación.

Por las delicadas nubes que juegan con el paisaje.
Por los majestuosos y a la vez enigmáticos frailejones
que custodian todo alrededor.

Por sus impecables montañas
que lo abarcan todo hasta que la vista se arrebata.

Por el chusque, el mortiño
y las estrellitas de páramo.
Los líquenes y todas esas diminutas flores.

Por esto y tanto más
el amor me da derecho a sentir mío el páramo.

¿Y a ti?

La Caracola

Estoy escribiendo un libro

Como te lo cuento en el podcast, esa frase fue mi mantra por seis meses, el tiempo que me tomé para convertir este sueño en una realidad, y que hoy tú lo puedas ver y -próximamente- tener en tus manos.

Este libro es la recopilación de algunos versos escritos en mis viajes por las montañas de Colombia. Arranca en los mil metros de altura, en el Cañón del Chicamocha, y va hasta la cumbre del Nevado del Tolima, a 5220 metros sobre el nivel del mar.

Pero no solo encontrarás poemas en este libro. Te voy a ir «antojando» por partes:

La portada

Cuando tengas el libro en tus manos verás mejor la portada, y sobre todo podrás detallar la fotografía donde aparezco «casi» abrazada por las montañas. La foto está intervenida por mí a través de varias puntadas de bordado, una técnica que me encanta trabajar, sobre todo con fotografías de naturaleza.

También podrás admirar la bella encuadernación japonesa del libro, hecha toda a mano por Laura Bernal en el taller de Infinitos Lugares.

Las secciones

El libro está dividido en cuatro secciones, que a su vez están relacionadas con las alturas de las montañas.

Y cada sección inicia con una fotografía mía, intervenida en técnica de collage por Giannina, de quien ya te hablé en el podcast (hermana de mi alma y artistaza) y que puedes ver sus bellos trabajos por AQUÍ.

Trabajar tanto con Giannina como con Laura fue un bálsamo para el alma y alegría infinita para mi corazón ♡

Los poemas

Los poemas son el regalo que dejo a las montañas, captados a través de mis sentidos y mi corazón, y que mis manos apenas pudieron convertir en palabras para rendirles homenaje. Todo lo que el lápiz guardó en mis cuadernos tiene un lenguaje de amor y es un homenaje a ellas, las montañas.

Cada poema trae el lugar geográfico donde fue escrito, y también la altura de la montaña.

Poemas sonoros. Además, en algunos poemas vas a encontrar un código QR. Esto quiere decir, que si lo escaneas con tu celular, podrás escuchar el poema narrado por mí, como si fuera un minipodcast ♡ ¡Es divino!

El inserto

Apenas abras el libro te encontrarás una mochila en la portada interna y, dentro de la mochila, un pequeño fanzine donde te cuento sobre esos elementos esenciales -para mí- a la hora de ir a la montaña.

Un fanzine es como una «mini revista» donde hay guardados más tesoritos de la montaña: la ofrenda, el amuleto, la oración y el cuaderno. No te contaré mucho más sobre esta pequeña mochila y su interior, porque sé que la amarás tanto como yo.

Cómpralo ya en preventa

Puedes pagarlo por transferencia bancaria (Bancolombia Ahorros 16740990164), Nequi (3132089463) o Paypal (comunica.carolina@gmail.com)

El costo del libro es de $117.000

Son 78 páginas, 20 poemas, cuatro fotografías collage, dos ilustraciones, seis poemas sonoros, una mochila con su fanzine, y todo esto en un libro cosido a mano en encuadernación japonesa de 14 por 21 cms.
Y son solo 200 ejemplares, hechos uno a uno con mucho amor y dedicados por la autora ♡.

¿Cómo funciona la preventa?

Como te conté en el podcast, este es un libro autopublicado, es decir que, con los recursos que obtenga de la preventa, se manda a imprimir, razón por la cual es tan importante contar con tu apoyo -y compra- ya.

Tú lo pagas ahora, el manuscrito se va a impresión en octubre y estaría listo para entregar a mediados de noviembre.

La idea es hacer el lanzamiento oficial la última semana de noviembre, tanto en Bogotá como en la Calera, invitarte y así poder entregártelo en persona. Si no puedes venir o no vives en alguna de estas estas dos ciudades, te lo envío por correo (y pagas el envío contraentrega).

Otras opciones de compra

  • $ 50.000 Sólo quieres apoyar para que el proyecto salga adelante. Recibirás una postal en PDF con el poema “Quiero ser una mujer montaña”.
  • $ 72.000 Una opción para quienes viven fuera de Colombia o prefieren leerlo digital. Recibirás el libro en PDF.
  • $ 99.000 Es el precio especial para mis Caminantes Sonoros de Patreon.
  • $ 117.000 Recibirás el libro impreso.
  • $ 127.000 Recibirás el libro impreso + una postal con el poema “Quiero ser una mujer montaña” (que no está en el libro).
  • $150.000 Recibirás el libro impreso + una postal con el poema “Quiero ser una mujer montaña” + un cuaderno de Relatos Sonoros de la Montaña.

La búsqueda del tesoro sonoro

Hace unos años participé en un reto de una mujer muy creativa a la que seguía, y era encontrar algunas cosas que ella enviaba y fotografiarlas. Fue divertido. Era una época en la que aún no estábamos saturadas de imágenes, hashtags, tendencias y esas cosas.

La semana pasada, limpiando mi correo electrónico (que sí, es una tarea que hay que hacer de vez en cuando, porque la basura electrónica existe, créanme) me encontré ese correo del 2018 y tuve una idea: hacer una búsqueda pero de sonidos, por aquello de que son mis favoritos. Y con sonidos no me voy a referir solo a «bellos» sonidos (ya quisiera, jeje) sino que vamos a jugar con cualquier tipo de sonido, ¿te suena? 😉

Este tipo de ejercicios me gustan mucho, de hecho los uso en mi Campamento de Escritura y Montaña (que ya viene uno en septiembre, te dejo el enlace para que lo mires si te interesa), porque activan una parte creativa de nuestro cerebro y nos ponen en modo atento, explorador, observador y, en este caso, de escucha.

¿Te animas?

Entonces… esta es la descripción general de la actividad:
Por el mes de agosto vamos a «capturar» sonidos ambiente. Sonidos o ruidos (ya te explicaré eso más adelante). Cada semana tiene dos propuestas, ya sea para que escojas una de las dos o te retes a encontrar ambas.

El objetivo es tener atención plena de tu sentido del oído para que, apenas escuches el sonido del reto lo «captures», ya sea grabando en tu celular (video o solo audio), tomando una foto, haciendo un dibujo o describiendo el momento y el sonido en tu agenda, diario o notas del celular. Depende mucho de lo que te gusta y las ganas que tengas de participar. No hay opción mala sino creativa 🙂

¡Y compartamos!

Te invito a que hagas una publicación o historia en Instagram, etiquetando a @relatossonorosdelamontana (te dejo el enlace por si aún no me sigues) y usando el hashtag #TesoroSonoro.

¡Prepárate porque comenzamos el próximo lunes 7 de agosto!

Estos son los tesoros-sonidos a encontrar cada semana. Si quieres descargarlos, para que los tengas a la mano en tu celular, al final te dejo una imagen completa del reto.

Semana del 7 al 13 de agosto
El canto de un pájaro – Una risa

Semana del 14 al 20 de agosto
El ladrido de un perro – El viento moviendo los árboles

Semana del 21 al 27 de agosto
Una música (la que sea) – El sonido de la lluvia

Semana del 28 de agosto al 3 de septiembre
Una conversación ajena – Un sonido -o ruido- recurrente

Definición importante

Quiero contarte un poco sobre lo que es un Paisaje Sonoro, que me habrás escuchado o leído hablar de ellos y pues es un poco de lo que va este reto: Un paisaje sonoro son todos aquellos sonidos característicos de un lugar, propios de un momento o de una determinada actividad.

También me gustaría aclarar la diferencia entre sonido y ruido, porque me ha tocado escuchar mucho a las personas decirle a todo «ruido» y no, no todo es «ruido», básicamente porque lo que más escuchamos son «sonidos».

¿Cuál es la diferencia entonces? El sonido es una serie de vibraciones que el órgano del oído capta y el cerebro interpreta en forma de audio. El Ruido es un sonido NO deseado generado por actividades humanas que provoca sensación de molestia. O sea que el sonido es una vibración organizada, mientras que el ruido es una forma desorganizada de sonido (fuente https://escuchamexico.iteso.mx/ruido-y-sonido/).

Chévere, ¿no?

Espero te animes a participar y compartas esta aventura con tus amigas/os o familiares. Será divertido y sobre todo diferente. Y no te toma más que unos minutitos en toda la semana.

Me encantará saber lo que escuchas ♡

Dos años «sin trabajo» y no me he muerto de hambre

Sé que este título suena un poco sobre dimensionado, pero da la casualidad, o bueno, varias causalidades para que lo haya escogido, y voy a comenzar por partes para poder hilar esta idea:

Ayer en la noche pensé en retomar la escritura a partir de mi blog como lo hacía antes, por allá en el 2018 o algo así, pensando que aquí también hay una voz (mía) y un lector (tú) que ‘tal vez’ se interese por lo que yo quiera decir. Y digo ‘tal vez’ con unas comillas, esperando que sea así. Ojalá lo sea.

Escribir como otro ejercicio de escritura creativa que quiero practicar, porque entre más escriba, más tengo qué decir, o al menos esa es mi ilusión, así no tenga diez mil visualizaciones.

Escribir en digital, más allá de mi diario íntimo, también es una manera de dejar constancia -más abierta- de mi paso por este planeta en esta vida que me ha tocado en este momento, vida de la cual estoy supremamente agradecida; pero no me quiero ir por las ramas. Volvamos a la idea: anoche pensé en escribir en el blog.

Trabajando en el corregimiento de La Florida, Risaralda

Y esta mañana me pasaron dos eventos más: tuve una sesión de masaje terapéutico con una mujer extraordinadia, Ma. Consuelo, que espero esté leyendo esta entrada ♡ y que en algún momento me dijo: «es que antes me llegaban tus escritos y ya no…», y pensé, una de dos: o se le van a spam… o no escribo. Creo que es más la segunda y debo ser consciente -y responsable- de/por ello. Así que me dio aún más ánimo.

Por último, y para llegar al título que escogí para esta entrada, al medio día hablé con un amigo al que quiero mucho y con el que no hablaba hace como dos años, desde que renuncié de mi último trabajo «estable» y me preguntó: «¿Y de qué vives?» Me hizo gracia porque es una pregunta recurrente: ¿de qué vives?, ¿en qué trabajas?, ¿qué haces?, ¿cómo te mantienes?. Yo le respondí -entre broma y genuina verdad-: «No lo sé exactamente, pero nunca me ha faltado nada». Y nos reímos. Me dijo: «tu sentido del humor es el mismo» y sí, pero también es la verdad.

Porque, aunque no tenga un trabajo «estable», y con estable me refiero a establecido por una sociedad que nos presiona para tener -y mantener- un trabajo como empleadas, casi siempre de un jefe, que demanda mínimo ocho horas de «hora nalga» (le llamo yo), pero que a cambio te da un estatus profesional, social y lo más importante: económico. Aunque no tenga «de eso», he podido seguir haciendo mi vida y desarrollándome profesional y personalmente de una manera que no creo hubiera sido posible con mi trabajo de hace dos años.

Paisaje del PNN Los Nevados

Pero igual voy a intentar responder esas preguntas:
¿En qué trabajo? Hago dos podcasts: Mundo Camper y Relatos Sonoros de la Montaña, manejo las redes sociales de ambos ( y las mías), hago trabajo freelance para una Fundación, y el año pasado hice unos talleres experienciales con Dani para una empresa privada. Y en los entretiempos viajo en La Pajarera (con Dani), y viajar pues son muchas horas de manejar, conocer lugares, hacer amigos, cocinar, montar bicicleta, hacer caminatas, etc.

Suena increíble, y lo es, pero detrás de estos trabajos y de lo poco o mucho que pueda ganar, para mí hay algo más importante y es una actitud hacia mis intereses más profundos: tener poco, simplificar mi vida y no soñar con mucho; mucho en el sentido de hacerme rica. Ya me siento rica, porque manejar mi propio tiempo -aunque tenga sus bemoles, ni crean que es color de rosa- me hace una mujer inmensamente feliz.

No, no tengo un horario fijo y a veces eso me conflictúa y me reta, pero intento verle el lado bueno, sobre todo para mí que soy una maquinita de hacer listas, tablas y organizar y planearlo todo. Vivir un poco «a la deriva» es un aprendizaje diario y Dani ha sido un gran maestro en ello ♡

Y todos esos pequeños trabajos dejan una pequeña retribución monetaria que, sumando, me ayudan a mantener mis gastos mensuales que, además, bajé un montón al alquilar mi apartamento y venirme a vivir al de mi madre (que es mío, jeje).

Nosotros. y el Nevado del Ruiz

Entonces: ¿de qué vivo?
Con el alquiler de mi apartamento pago los gastos del apartamento de mi mamá (que afortunadamente es propio). Con lo de la Fundación pago la seguridad social (a ver si algún día me pensiono, así sea con el mínimo, jeje), con los talleres de la empresa privada, que sí fue una buena entrada, pude pagar el viaje que hará el próximo mes mi hijo a Italia a estudiar por cinco meses, y aunque los podcasts no me den dinero, me encanta hacerlos porque es un trabajo del corazón, honesto y sembrando una semilla que sé que algún día florecerá y dará frutos.

Con Relatos Sonoros de la Montaña, por ejemplo, he podido ir haciendo una comunidad a través de Patreon, que es una plataforma de mecenas y ya son diez Caminantes Sonoras/os. ¡Wow! hace un año eran cinco y casi desisto, jeje. Pero ya diez me hace ilusión, y sobre todo insistir para que podamos ser más. ¿Quieres hacerte mecenas? Aquí te cuento de qué se trata y cómo puedes apoyarme desde USD3 mensuales y recibir hermosas recompensas ♡

Y por último: ¿Qué hago?
Ufff.. no sabes las mil cosas que hago, jajajaja. Desde febrero inicié un proceso de florecimiento por mí y para mí muy hermoso, que me ha hecho sentir inmensamente feliz y conectada con mi esencia, con la Caracola escritora que siempre ha estado presente pero que dejé de cultivar algunos años.

Ahora estoy centrada escribiendo un poemario a las montañas que se llamará «Me quedan las montañas», en el que trabajo con dos mujeres maravillosas y súper artistas: mi amiga hermana del alma Giannina y Laura, la editora, que apareció en mi vida como ese mismo llamado que me pidió hacer este libro. Ahora estamos en proceso de diseño y apenas tenga listo el machote les contaré, porque la idea es hacer un crowfounding* para sacarlo.
*Crowfounding quiere decir una financiación colectiva online. Será como hacer una precompra del libro para poderlo imprimir porque no solo será un libro de poemas, sino un «objeto de arte» precioso, con todo el amor que imaginarás le puedo dar (así que espero lo compres).

Reunión de trabajo con las artistas 🙂

Hice un Campamento de Escritura y Montaña para mujeres el pasado mes de junio, y fue algo también poderosísimo y muy bello. Siento que la energía femenina me está fluyendo por todos lados ♡ y poder compartir ese sentimiento con otras mujeres fue una ofrenda más a la Montaña que es quien me da toda esta energía natural. Por AQUÍ puedes ver un poco de qué se trató, y si quieres participar del próximo campamento, que será en septiembre, AQUÍ te dejo toda la información. Corre a separar tu cupo porque son solo nueve y se van volando (afortunadamente, jeje).

Primer Campamento de Escritura & Montaña
Refugio Explora Verde, Choachí, Cundinamarca

¿Qué más? Hay más proyectos editoriales, pero ya entendí que va uno a uno. Por otro lado estoy cuidando mi salud, haciendo ejercicio para fortalecer mi espalda y estar en forma para cuando me llame la montaña ♡, estoy cocinando rico, leyendo mucho, mucho, mucho, que es algo que también me da una felicidad enorme, estoy bordando fotos, suena raro pero es un nuevo hobbie, ya te mostraré algo más adelante, y estoy intentando disfrutar a mi hijo (lo que se deja, jeje) porque ya casi se va el hombrecito y eso es una arruguita en el corazón. Aunque yo misma le haya tejido las alas, saber que ya hay que cortar el hilo no es sencillo, pero me he preparado para ello, o al menos eso creo 🙂

Y bueno, aquí dejo esta retaíla. Gracias por leerme hasta el final. Te dejo algunos anuncios más, por si acaso te los haz perdido.

Los últimos episodios de Relatos Sonoros de la Montaña están AQUÍ.
Recuerda seguirme por Instagram en la cuenta de RSM por AQUÍ
Si quieres apoyar mis procesos creativos (estoy en buena racha, jeje), haz clic AQUÍ.
Y si no has escuchado el podcast de MundoCamper haz clic AQUÍ es muy divertido 🙂

Te dejo un abrazo y espero que no pase mucho tiempo en volver a escribir por aquí. Es mi propósito ♡

Serranía de los Yariguíes, Santander

¿Qué pasó en 2022?

No sé si me estoy metiendo en «camisa de once varas» con esta pregunta, pero me parece que me ayudará a recordar lo que fue este año que, pensándolo hoy, parece que solo hubiera sido el ultimo mes de tanto ajetreo que tuve, pero estoy segura de que tengo mucho para recordar y, sobre todo, para agradecer. Y bueno, aprovecho el día de mi cumpleaños para recordarlo tranquilamente y hacer este pequeño resumen -para ti y para mí- y por todos los meses que no he pasado por aquí.

Para lograr este listado, revisé mis diarios esta semana y también la galería de imágenes de mi celular. Comencemos mes a mes a ver qué va saliendo…

Así fue 2022

En enero recuerdo que hizo mucho sol, llevé a mi mamá y a Leti al Jardín Botánico, monté mucha bici con Dani e hicimos varias caminatas conociendo y aprendiendo cada vez de las aves, y entró La Pajarera al taller de camperización.

En febrero fuimos a Fómeque, donde los niños del Mortiñal (episodio de RSM), y mucho de mi tiempo se lo dediqué a los avances de La Pajarera, revisando diseños, medidas, materiales, etc.

En marzo fuimos a nuestro primero encuentro camperviajero en La Pajarera (a la mitad de la camperización), en Viterbo (Caldas) y bueno, fue nuestra entrada oficial al mundo camper. Conocí muchos de los proyectos que hoy ya son de nuestro «parche camperviajero».

En abril hicimos dos salidas hermosas: la primera donde Jorge Pinzón a la Quinta Dimensión, en Bojayá, Cundinamarca (episodio de RSM), y la segunda fue la travesía más añorada por mí: Chingaza – San Juanito caminando cinco días por entre las montañas. ¡Cómo la disfruté! De esa caminata también hay un episodio de RSM.

En mayo seguía la camperización de La Pajarera, había que ir muchas veces al taller, ya que cada vez estaba más cerca de estar lista, y también nos volamos a la reserva Los Tunos (San Antonio de Tequendama), regalo sorpresa de Dani, y fuimos tan pero tan felices… veo las fotos y me da envidia de vernos tan felices y enamorados…

Junio fue un mes de movimientos, viajes y aventuras. Me mudé al apartamento de mi mamá, nos entregaron ¡Por fin! a La Pajarera, hicimos un pequeño encuentro de amigos para presentarla «en sociedad» cerca al embalse del Sisga y arrancó nuestro primer gran viaje hacia la Guajira (a una carrera de trail de Dani), pasando por La Dorada, Riohacha, Cabo de la Vela, Camarones, Tairona, Minca, Santa Marta y Mompox hasta entrado el mes de julio.

En julio hicimos pequeñas salidas en La Pajarera, una de ellas a Choachí y Fómeque, donde aprovechamos para montar bici también con nuestro amigo Lucho y a buscar pajaritos y fotografiarlos.

Agosto fue un mes donde pasó de todo. Primero vino mi hermano y estaba tan feliz! pero no lo vi todo lo que quise porque, primero, se nos varó La Pajarera (con grúa y todo), nos salió la primera travesía de EstoyVivo a Cali (como por cinco días), luego fue el encuentro camperllanero al que yo le había metido toda la ficha en la organización y que además luego alargamos hasta Puerto Gaitán, así que solo nos quedaron como cinco días para ir a Armenia, con La Pajarera ya buena, y estar con mi hermano y familia y además en el encuentro de hermanos. Fue una reunión muy hermosa.

En septiembre arrancamos desde el Quindío -en La Pajarera- para Antioquia, donde paseamos por Jardín y Jericó, montamos bici y gozamos un montón, y luego nos fuimos para Medellín y San Rafael con las travesías de EstoyVivo.

En octubre estuvimos en el Valle, en Dapa, haciendo dos talleres de EstoyVivo y uno en Mesetas (Meta). Y pues todos esos viajes son logísticas y movimientos todo el tiempo.

En noviembre hicimos cuatro salidas más de EstoyVivo al Valle de Tenza, y fue el accidente en la bicicleta, lo que me dejó muy adolorida en muchos sentidos, porque aún pienso en la razón por la que nos caímos… en fin… cosas mías.

Cerramos diciembre con un último taller de EstoyVivo en Tairona (Magdalena), después yo me fui sola a celebrar el día de velitas a los Farallones de Sutatausa -y en La Pajarera- ¡mi primer viaje sola!. Hice como un retiro de mí para mí, de donde salió una caminata muy bella y una carta de amor para Dani que les comparto por aquí 👇🏼.

Y bueno, durante tooooodo el año escribí, grabé y edité los podcast de MundoCamper (cuatro al mes) y los de Relatos Sonoros de la Montaña que fueron como uno al mes… más enviarle correos a mis Caminantes Sonoros y otras mil actividades pequeñitas que no cuento aquí porque ya ni me acuerdo.

Así cierra el 2022. ¡Aunque falta un viaje! Porque el 28 de diciembre nos iremos Dani y yo con nuestros hijos a hacer el trekking de Ciudad Perdida. Será nuestro regalo de fin de una etapa de la vida (el colegio) y pues qué mejor que en ese lugar sagrado y ancestral tan maravilloso.

Pero… ¿qué más pasó?

Sí, viajé mucho, viajé tanto que dejé de escribir… y eso me hace sentir frustada y enojada conmigo misma, pero quejarme ahora no sirve de nada.

Muchas veces me preguntaba por qué no escribía -o leía más-… y no fue falta de voluntad. O sí, pero creo que por cansancio… cansancio físico y sobre todo digital. Físico cuando estamos viajando o en los talleres que caigo rendida, y digital cuando me paso tantas horas frente al computador diseñando piezas para la cuenta de MundoCamper, escribiendo el guión o editando el podcast de MC, haciendo cotizaciones o facturas, diseñando la bitácora de las travesías de EstoyVivo… ufff… son muchas horas en la pantalla, y luego como que no quisiera volver a ver el computador y me dejo ganar por ese cansancio y sí, por la pereza.

Aunque en retrospectiva fue un año maravilloso, productivo y económicamente estable, siendo sincera conmigo misma -y no para darme duro sino para revisarlo-, siento que me faltó tener tiempo para mí, para escribir más, para hacer algo que yo quisiera…

Y estos días de «retiro» y de estar más conmigo, calmada, hablando con mis amigas, me doy cuenta de ello y me alegra darme cuenta, no para recriminarme o sentirme mal, sino todo lo contrario. Todo lo que pasa es perfecto y es así por alguna razón. Ahora lo sé, y es precisamente esa: no abandonarme, no puedo olvidarme otra vez de mi esencia, de lo que quiero, de mis sueños.

Este nuevo año me trae ese reto: compaginar mejor mis sueños y planes con los de pareja. Todo con amor se puede, y sé que Dani y yo podemos llegar muy lejos, así no sea estando juntos todo el tiempo. Siento mucha emoción por el año que viene porque nos probaremos a nosotros mismos en esta nueva etapa de la vida que todo el tiempo nos está enseñando, ¡Es impresionante! y fascinante a la vez tener una vida que se mueva a la par con lo que una quiere o necesita.

Así que… ¡Que llegue el 2023 con lo que tenga para darme! ¡Estoy más que lista!

Gracias siempre por leerme y tenerme paciencia.