«He advertido en mí ciertos estados que bien puedo llamar poéticos, puesto que algunos han terminado en poemas. Surgieron sin motivo aparente, a partir de algo accidental; se desarrollaron según su propia naturaleza, y en consecuencia vi alterado por un tiempo mi estado mental cotidiano…»
Paul Valery
Nadie sabe en realidad lo que trae un nuevo año…
A pesar de que hacemos listas, propósitos y planes (yo la primera), si algo me ha enseñado la Vida -y la Montañas- es que se mueve diferente de lo que yo a veces espero. Y eso me ha costado, no voy a decir que no, pero también me ha enseñado, y mucho. Y a veces hasta me ha salvado 🙏🏽.
Para este momento, según mis «planes» de enero de 2023, ya debería estar viviendo en La Pajarera (mi casa rodante) y no, no ha pasado -aún-, y hay razones para ello. Razones hermosas que la misma Vida me ha puesto para que agradezca y escoja si quiero seguir por ahí o empecinarme en lo que había planeado.
Así que recibo este 2024 viajando, no en La Pajarera, pero sí abierta a lo que vaya saliendo cada tanto. No es que no planee, pero no a tan largo plazo. Por ejemplo, a principios de enero planeé mi viaje al departamento de Nariño para hacer la cumbre del volcán Cumbal, de ahí irme a Cali a un evento especial que más adelante te contaré, y a mediados de febrero viajar con mi hermano que viene unos días de visita. Y ya. Mejor no mucho más, jeje.
Eso, hasta mi llegada a Cali, que es cuando escribo esta entrada, se ha dado y me hace muy feliz. Se dio la cumbre del Cumbal (que ya te contaré en un episodio del podcast), se dio viajar a la Laguna de la Cocha y se dio estar estos días en Cali, trabajando en mis otros proyectos que ya mismo te voy a contar, pero antes…
Gracias Gracias Gracias
Quiero aprovechar esta entrada para dejar por escrito, a mí misma, sobre todo, lo orgullosa que estoy de mí y de lo que he ido construyendo estos últimos tres años y, sobre todo, el 2023.
Todas sabemos lo difícil que es autoelogiarnos, o vernos lo bueno, pero yo no puedo sino estar agradecida por tantos mensajes que recibo cada semana de mujeres diciéndomelo. No puedo negar que hay algo maravilloso en mi amor, mis motivaciones y mis proyectos. Hay una fuerza universal que se está moviendo alrededor de mí y me hace brillar y llegar con mi brillo a muchas personas -mujeres, sobre todo, que es lo que más me encanta-.
Una luz o un fuego puro que prende otros fuegos femeninos buscando ese sendero del conocimiento, del amor propio, del amor por la Tierra, la Naturaleza, la Montaña, los Elementales, la Sabiduría, la Vida, lo que haya para cada una más allá de eso… No te imaginas los mensajes tan bellos que me llegan: de mi libro, del podcast, de lo que publico en Instagram, de textos, talleres, los campamentos, de Dani mi pareja… todo lo que nos rodea a Daniel y a mí está tan enfocado en el amor, en la conciencia, y ha sido un trabajo de tantos años; años de aprendizaje, de retos, de llanto, pero sobre todo de mucho amor y ahora recogiendo los frutos de ese trabajo.
Así que GRACIAS a ti también por leerme, por seguir aquí leyéndome, escuchándome y pendiente de toda esa creatividad que me dieron los ancestros, la Madre y el Padre, mi sangre y mi Tierra que cada día están más cerca y más puros. Y ojala pueda contagiarte o dejarte mensajitos, y que tu vida también vaya hacia allá: hacia lo que amas y deseas; enfocada, con propósito y mucho amor. Es lo que más deseo para ti.
Ahora sí, te cuento lo que he «planeado» para el 2024 🙂
Taller online Una aventura con la escritura
Para terminar el 2023 estuve trabajando en este contenido, que parte de la inmensa felicidad que me da escribir, y que quisiera contagiar en más personas, sobre todo mujeres que quieran escribir y no encuentren el tiempo, espacio, motivación, inspiración, etc.
A través de ejercicios semanales que te mando, te doy idea para que vayas haciendo tu propio diario, ya sea una vez a la semana, todos los días o cuando quieras. Te invito a ritualizar un poco la escritura y darle un poder en tu vida como sanadora, creadora y cultivadora de tu propia alma.
El taller arrancó este sábado 3 de febrero con 30 escritoras de diferentes partes del mundo, y no sabes lo sorprendida que estoy por ello: Canadá, Estados Unidos, Luxemburgo, España, Bélgica, Puerto Rico, Costa Rica y Colombia: Cali, Tunja, Bogotá, Envigado, Cajicá, Pasto). Y estamos felices con nuestro grupo de Whatsapp mostrándonos los cuadernos donde sucederá la magia.
¿Quieres saber más? Por AQUÍ puedes sverlo y escribirme si estás interesada. Aún alcanzas a entrar en este corte porque no lo vuelvo a abrir hasta abril. Será -o ya está siendo- una gran aventura para todas, te lo prometo ♡.
Campamento de Escritura & Montaña
Este campamento es mi favorito porque une mis dos pasiones: la escritura y la montaña. Y además es presencial. Nos vamos dos días a las montañas de Choachí (Cundinamarca) a escribir, leer, caminar y decorar una bitácora de viaje. Es un plan muy poderoso y un círculo de Mujeres Montaña que abraza dos días inolvidables. El año pasado hice dos versiones y este año espero hacer muchas más, porque siento que es un espacio acogedor, reparador y de creación colectiva que nos merecemos todas. Son sólo nueve cupos, me gusta que sea así, pequeñito, así que por AQUÍ te dejo toda la información.
Campamento Naturaleza Abstracta
Y junto a mi amiga Giannina Brusatin, la artista detrás de las ilustraciones de mi libro Me quedan las montañas, diseñamos un campamento de tres días, para aprender un poco de acuarela y escribir textos más largos. Es como una extensión del Campamento de Escritura & Montaña, para crear más espacios de integración de mujeres abiertas a descubrir talentos o simplemente descansar en la naturaleza. Sobre este campamento te contaré más adelante en otra entrada en particular.
Aquí me despido, compartieno este pequeño borrador de poema que escribí en el Páramo de Siscunsí (Boyacá), próximo episodio de Relatos Sonoros de la Montaña. Abrazos montañeros desde los Farallones de Cali.
Cuando puedo habitar un páramo
lo siento mío por derecho de amor.
De amor, admiración y apropiación.Por las delicadas nubes que juegan con el paisaje.
Por los majestuosos y a la vez enigmáticos frailejones
que custodian todo alrededor.Por sus impecables montañas
que lo abarcan todo hasta que la vista se arrebata.Por el chusque, el mortiño
y las estrellitas de páramo.
Los líquenes y todas esas diminutas flores.Por esto y tanto más
el amor me da derecho a sentir mío el páramo.¿Y a ti?
La Caracola